martes, 20 de mayo de 2014

A Carl Herrera

A Carl Herrera
Doce años tenia y veníamos de jugar beisbol en el único estadio con  gradas en el paseo del lago, llegando a las canchas de tenis había una refresquería,  mi hermano Alberto y mis inolvidables compañeros de beisbol del equipo Asoveval mientras más nos acercábamos  más alta se escuchaba la algarabía y hay que ver los que significa hacer bulla a un grupo de maracuchos reunidos,  representábamos  al  sector Valle Frio de Maracaibo en la ya legendaria pequeña liga de beisbol Santa Lucia,  los que vivíamos en el callejón dabajuro y la cañada del milagro éramos la mayoría, aquellos tiempos cuando todas las asociaciones de vecinos comenzaban con el prefijo aso.
La curiosidad de la muchachera pudo más que el regaño que nos esperaba al llegar tarde a nuestras casas, ya en el sitio  vi que un gentío rodeaba un televisor puesto en esas repisas aéreas muy usadas  que llamaban aerotv, cuando logro rebasar los adultos más altos y levanto la mirada, allí estaba, el juego Venezuela vs Brasil en la final del suramericano de básquet de Mayo del año 1991 ya casi finalizando, la piel se me erizaba fue la primera vez que experimente el ardor patrio, la emoción y el orgullo de ver a mi país ganar en algo, el fórum de Valencia nuevecito con más de quince mil personas allí gritaban a coro Walcot!, Walcot!, yo no sabía quién era, el nombre no me era familiar pero si  reconocía el de Gabriel Estaba, Iván Olivares, Sam Shepard, Víctor David Díaz, el Kako Solórzano, Luis Jiménez, Armando Becker , Rostin González, Alexander Nelcha, Melquiades Jaramillo, Armando Palacios el único Zuliano del grupo, Dios lo tenga en la Gloria, y el más grande de todos Carl Herrera Allen, el narrador Pepe Delgado Rivero casi ronco y llorando más que animar imploraba y festejaba cada cesta, cuando Iván lanzaba desde la cuevita de tres puntos se podía escuchar el caer de un alfiler y después de encestar toda la Republica gritaba Upaaa!, Cada vez que un guerrero nuestro tenía el balón Pepe gritaba Vamos Gabriel! , Vamos Carl! que si se puede! Y cuando errábamos el aro nunca olvido la frase optimista de Pepe “no importa que el sol se meta, que el viento seca la ropa”.
 Era la época donde todos los muchachos aparte de ser beisbolistas queríamos ser como Michael Jordán pero también queríamos ser como Carl Herrera, nos trasnochábamos de madrugada para ver al compatriota jugar con el equipo de Houston en la liga de básquet mas poderosa del planeta la NBA, Carl rompió los esquemas del racismo en los tiempos  cuando  tres latinos jugando en esta liga se consideraba demasiado, en un país beisbolista por tradición ha sido el basquetbol el deporte en colectivo que más lejos había llegado en aquellos tiempos y Carl Herrera su principal guía.
Hoy día después de retirado Carl sigue en el mundo del Básquet como entrenador de Gigantes de Guayana en nuestra liga Venezolana, de tres años para acá  ha sido objeto de ataques racistas y agresiones verbales que me duele decirlo han tenido un asidero importante en el gimnasio Pedro Elías Belisario Aponte, la casa de nuestros gaiteros del Zulia y más recientemente en Barquisimeto , siempre he defendido el carácter integrador y de hermandad de nosotros los Venezolanos sin ningún tipo de distingo y así prevalecerá, un grupúsculo que ni merecen el tiempo que uno gasta en pensar un calificativo despectivo  me hará cambiar de parecer, seguro estoy que los que hacen eso deben tener un  tío, un abuelo, primo o algún familiar de raza negra o indígena ósea por nuestra sangre fluye eso que llamo bolívar la “mezcla perfecta”, Dios permita se les aparezca un hijo o hija con un novio de piel más oscura, como dirían los abuelos, “burro llamando orejón a Conejo”.
Gracias Carl Herrera y su equipo los héroes de Portland  por los Recuerdos, fueron los precursores cuando no teníamos a un Arango y la Vinotinto, o el oro olímpico de Rubén Limardo en esgrima, el nombre Walcot mas nunca lo olvide y Luis Jiménez liquido a Brasil cuando encesto los últimos dos puntos, ganamos el partido 122 por 121 en tiempo extra y fuimos campeones.

humberto duarte
obrero petrolero

humberto1818@hotmail.com/@duartemacuare

martes, 13 de mayo de 2014

Tubo para agua, agua para comer.


Tubo para agua, agua para comer.

En días recientes se dio a conocer por varios medios que Colombia dejaría de enviar gas a Venezuela previéndose de los embates meteorológicos del fenómeno el niño por lo cual el vecino país quiere estar atento a cualquier evento y poder disponer de sus recursos energéticos.

Desde el año 2007 a través del gasoducto Antonio Ricaurte Venezuela recibe gas de Colombia debido a la deficiencia de este hidrocarburo en el occidente del país por tantos años de su quema indiscriminada que ahora nos hace falta, el acuerdo consiste en que después pero en sentido inverso suministraríamos gas a nuestra hermana republica por la misma tubería cuando nuestros proyectos de explotación costa afuera (golfo de Venezuela y costas de sucre) estén en su tope máximo, el ministro Rafael Ramírez por su  parte manifestó que esta carencia seria asumida por PDVSA y se comenzaría a enviar gas desde el oriente (Anzoátegui y Monagas) específicamente los campos de la faja y los campos de anaco por más de 487 km de tuberías con que cuenta nuestra industria.

Esta noticia me remonto a una conversación que tuve hace tiempo con un compañero el cual estaba experimentando en la producción agropecuaria y ganadera, manifestaba su preocupación por que los campos estaban secos y no había llovido donde tristemente me decía, “con tanta tecnología y nosotros aun tenemos un sistema de riego desde la colonia, ósea aun dependemos de las lluvias”, irónicamente las tierras de este compañero están en el estado Bolívar, región que cuenta con la mayor capacidad y recurso acuífero que tenemos.

Nuestro territorio de norte a sur y de este a oeste esta cruzada por un sinfín de kilómetros de tuberías, oleoductos, gasoductos, poliductos, desde la costa oriental del lago hasta punto fijo, desde Maturín y la faja hasta puerto la cruz y el complejo “José”, desde barinas hasta el palito en Carabobo, un gasoducto que va desde anaco hasta el centro del país y de allí a punto fijo, y quizás el más largo de todos, el plato de espaguetis que tenemos en el fondo del lago de Maracaibo que según si los uniéramos todos daría varias vueltas a nuestro planeta tierra.

¿Por qué no hacer lo mismo para llevar agua a nuestros agricultores?

El comandante Chávez una vez que visito el complejo Ana María Campos (el tablazo) de Pequiven en el municipio Miranda al norte del Zulia se fue por carretera desde Maracaibo, el comandante quizás quería pasar el puente sobre el lago, fue cuando tuvo aquel ya legendario encuentro con el niño Kenny (el catire Kenny) y decía a modo de pesar que paso por mucho campo y  terreno sin producir seco, hoy día podemos pasar por la misma vía y los agricultores wayuu en su mayoría tienen latas pintadas en las entradas de sus parcelas con el lema “queremos agua para trabajar”.

Si tenemos sistema de tuberías y acueductos pero para nuestras ciudades y pueblos pero carecemos del vital liquido para nuestro campo, debemos industrializar la agricultura, llevar el agua de donde abunda a donde falta, nos sobran las tuberías y tanques en la industria petrolera pero nos faltan para llevar agua a nuestras granjas, fincas y conucos, podríamos tomar esta zona por donde paso Chávez como proyecto piloto, tiene dos embalses de agua cerca maticora en menemauroa en el estado Falcón y burro negro en la costa oriental del lago y por qué no cuando esté listo el proyecto de riego diluvio palmar traer agua por tubería sublacustre de una costa a la otra así como se hace con el petróleo, podríamos darle por nombre proyecto Kenny propongo o cualquier otro lo importante es tecnificar nuestra producción de alimentos.

 

humberto duarte marin.

obrero petrolero

humberto1818@hotmail.com

lunes, 12 de mayo de 2014

Cuando vuelvan los paro Firmes

Cuando vuelvan los paro Firmes
En agosto del año 95 en los calurosos campos de Bachaquero-Zulia donde el olor a petróleo era arrastrado por la brisa del lago que cristaliza ojos y marchita rostros casi 400 jóvenes provenientes de todo el país ingresábamos llenos de sueños al Centro de Capacitación Petrolera y Petroquímica para Adiestramiento de las FF.AA, liceo diversificado militar donde la misión era graduar bachilleres técnicos medios en áreas petroleras con la disciplina castrense, el comienzo fue con tropiezos había rumores que la escuela cerraría, profesores en huelga la incertidumbre de seguir la rigurosa rutina del cuartel de aquellos años o pedir la baja y renunciar, llego el año 96 por fin comenzamos clases, los soldados-alumnos antiguos nos atormentaban a nosotros los nuevos, era prohibido caminar todo era al trote y así estudiábamos, llego el desfile del 5 de julio y por fin solos el segundo año se había ido a pasantías en las antiguas Lagoven, Maraven, Corpoven y Pequiven éramos amos y dueños del centro de estudio o templo de trabajo y patria como lo llamábamos, pero sorpresa no teníamos nuevos no entro la siguiente promoción la escuela seria cerrada, era una frustración nuevos otras vez, los que nunca llegaron debían de encargarse del mantenimiento y la limpieza pagar la novatada, se repitió la historia, la anarquía y el desorden se apoderaba del centro, compañeros que se negaban a limpiar, arrestos iban y venían, hasta que una mañana apareció, flaco, alto, desgarbado ojos grandes, hundidos y con ojeras con ese acento caraqueño medio malandroso siempre con dos perros doberman a los lados, el teniente Luis Sánchez Flores, tres años había pasado en frontera sin ver civilización nos humillaba diciendo que prefería 20 soldados guajiros que todo el batallón de mamitas que éramos, su misión: meter en cintura a toda la tropa y así lo hizo, así nos formo, dos años completos no tuvimos los privilegios de caminar, un compañero de Maturín Aguirre Quiroz lo apodo “el Boves”, en nuestro ultimo día en la escuela nos formo en el teatro, nos dijo y escribió palabras inolvidables mientras nos daba nuestros documentos para ir a pasantías, ya sin uniformes nos paro firmes para despedirnos y nos dijo: dentro de un año cuando vengan a buscar el titulo los vuelvo a parar firmes!, Luis Arévalo de Anzoátegui le contesta: ta bien pues mi teniente.!, al año siguiente un accidente de tránsito le cegó la vida, iba para Caracas en misión de nuestros títulos, llego la graduación el director de la escuela antes de comenzar el acto nos paro firmes en memoria del oficial desaparecido ya ascendido a capitán, Sánchez Flores nos paro firmes después de muerto, la escuela siguió con otro concepto y otro nombre entraron nuevas promociones los alumnos de la primera de ellas que lo conocieron nos decían: el Capitán Sánchez siempre los ponía como ejemplo decía que ustedes la XIX promoción fueron sus mejores soldados, nos graduamos 164.
Humberto Duarte Marin